La noche del 21 de noviembre quedará grabada para siempre en la historia del boxeo segoviano. En la Cúpula del Milenio de Valladolid lleno hasta la última silla y con un ambiente eléctrico desde el primer tañido de campana, Isabel Rivero García escribió su nombre entre las grandes al coronarse campeona mundial del peso átomo.
La púgil del Fight Club Segovia, forjada día tras día en las instalaciones de
LA FABRIKA bajo la dirección de su entrenador Diego Uceta, ofreció una actuación magistral, impecable tanto táctica como físicamente. Isabel impuso su ritmo desde el primer asalto, manejó la distancia con precisión quirúrgica y demostró un temple digno de las campeonas que dejan huella. Cuando finalmente sonó la campana del último asalto, no había dudas en el recinto: Valladolid acababa de presenciar el nacimiento de una nueva reina mundial.
Pero la velada tuvo más brillo segoviano. Antes del combate estelar, dos jóvenes talentos del gimnasio dejaron claro que el futuro del club es prometedor.
Primero, Rayan Kaina sacudió al público con una actuación explosiva: un triunfo por KO que no dejó margen para la interpretación. Poder, determinación y una contundencia que obligan a seguirle de cerca.
Después llegó el turno de Carlos “Charlie”, que brindó un combate técnico y ordenado, imponiéndose por decisión unánime. Su manejo del ring y su madurez sorprendieron incluso a los más veteranos presentes.
La velada fue, en conjunto, una celebración del trabajo, la disciplina y el espíritu de equipo de un club que se consolida como referencia. Pero el foco, inevitablemente, recae en Isabel Rivero García, cuya corona mundial es tanto un triunfo personal como el símbolo de un camino colectivo.
Valladolid fue testigo; el mundo del boxeo, también. Y esto, apenas, es el comienzo.